EN EL “COSTA LUMINOSA”.
Siempre pensé que
viajar en un crucero no era precisamente mi estilo de viaje. Sin embargo decidí
tomar uno y fue una buena idea. Se trató del “Costa Luminosa” de la empresa
Costa. Lo bueno de las experiencias de viaje es que no hay que desechar ninguna
porque todas son valiosas y de todas se aprende algo. Esta vez tomé el viaje
con 2 grandes amigas con las que compartí un viaje inolvidable.
El viaje en crucero es
casi como tener un servicio 5 estrellas donde todo está pensado y planeado para
que lo pases genial. Lo bueno es que tenés toda la libertad del mundo para
movilizarte y organizar tu propia agenda día por día. Las actividades son
variadísimas y van desde teatro, cine, bailes, SPA, deportes, piscina, jacuzzi,
música en vivo, variados cursos o simplemente descansar mirando al mar. El
personal del barco está muy bien capacitado para ofrecerte ayuda en lo que
necesites y la predisposición es excelente. Dentro del equipo del personal creo
que hay que destacar a los que se ocupan del entretenimiento porque desde horas
muy tempranas hasta bien entrada la madrugada están ejerciendo su función con
la mejor sonrisa. No dudo que se trata de un trabajo agotador e inestable por
eso vale la pena destacarlo.
Este crucero partió del
Puerto de La Romana en República Dominicana. Recorrimos 6 islas bien distintas
una de otra. El itinerario incluyó la Isla Catalina que pertenece a República
Dominicana. Arenas blancas, agua
transparente y cálida. Un ejemplo de paraíso en una isla virgen. La segunda
parada fue en las Islas Vírgenes Británicas, parando en Tórtola. Estas islas de
dominio británico de ultramar conforman un archipiélago de unas 40 islas,
siendo Tórtola una de las más grandes. El tercer día le tocaba el turno a
Antigua, otra isla que fuera de dominio del Reino Unido. En realidad se llaman
Antigua y Barbuda siendo éste el nombre oficial. El país consta de varias islas
pero estas 2 son las más extensas. El color turquesa mezclado con celeste de
aquellas aguas fue lo que nos impresionó ni bien llegamos. Era una escenografía
perfecta para un día de playa. Es muy recomendable caminar por las calles de
Antigua donde podés acercarte a la gente, intercambiar una charla con los
locales que seguramente tendrán una sonrisa y una muy buena disposición para
ayudarte. Luego nos dirigimos a Guadalupe y Martinica, territorios de ultramar
de Francia. Estas 2 islas te ofrecen una variedad de actividades más allá de la
playa. Martinica tiene una interesante oferta cultural con festivales de música
y otras formas de arte. Si uno tiene la oportunidad de pasar algunos días en
Martinica creo que es una opción más que apropiada para no dejar pasar. Y por
último Saint Martin o Sint Maarten, isla de dominio compartido entre Francia y
Holanda, cuyo límite es terrestre. Esta isla lo tiene casi todo: muy buenas
playas, excelente infraestructura hotelera y un paraíso de compras sin
impuestos.
Viajar en un crucero no
te brinda la posibilidad de conocer en profundidad ningún lugar pero al menos
podés visitar lugares diferentes en poco tiempo. Cuando se trata de islas, como
en este caso, es bastante más sencillo ya que tanto las playas como el centro
de la ciudad están muy próximos y podés trasladarte caminando sin necesidad de
tomar transporte. Si querés recorrer la isla completa podés hacerlo con el
transporte local sin necesidad de tomar ningún tour extra y por un precio muy
accesible.
Esta región del Mar
Caribe, conocida como Antillas Menores, presenta una identidad común que es
pertenecer al Reino Unido, a Francia o a los Países Bajos. El turismo junto con
otras actividades menores son el eje de la base económica de la región.
No se observan
asentamientos de pobreza pero, según lo conversado con algunos pobladores, los
ingresos no son lo que la mayoría quisiera.
Pude observar mayor
organización y mejor aspecto en general en las islas de dominio del Reino Unido
y de los Países Bajos. Las construcciones son prolijas, con un aspecto muy
agradable visualmente, mientras que las
islas de dominio francés tienen sectores que se podrían mejorar, más aún cuando
sabemos que es tan importante el ingreso que aporta el turismo.
Estas islas, como casi
toda le región del Caribe, fueron invadidas sucesivamente por los grandes
imperios que todos conocemos. Aún hoy persisten esas dominaciones. Entre las
islas que yo visité sólo Antigua y Barbuda se independizaron en 1981 pero
siguen perteneciendo al Commonwealth, es decir, a lo que se podría traducir
como “mancomunidad”. Los territorios que fueron colonias del Reino Unido
mantienen una relación en buenos términos económicos, políticos y sociales
luego de obtener su independencia. Éste sería el caso de Antigua y Barbuda.
Bien vale la pena darse
una vuelta por estas Antillas Menores para disfrutar de unas bonitas playas,
probar deliciosos pescados y comprar especias de ésas que invaden el aire de tu
cocina cuando las uses en alguna preparación para luego compartir con amigos.
Creo que es la mejor forma de traer el Caribe a tu hogar además de recordar
aquellas sonrisas enormes en rostros que invitan a quedarse.
Aquellos son pueblos
donde la gente sabe de trabajo y sabe de luchas. Son descendientes de africanos
que heredaron el color no sólo en la piel sino en sus ropas típicas y en la
música y en ese ritmo inigualable que emplean al bailar. Ojalá yo supiera
imitarlos.
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